12/9/10

Despedida

Amanece el domingo y nos enteramos: el maestro partió.

Ya no habrá esa cita anual frente a la pantalla -en la primer función del día de estreno- para ver desplegarse las miserias de la condición humana destiladas con oblicua mirada y distante ironía. No habrá más de la sofisticación de La mujer infiel ni de la crueldad de La ceremonia. Tampoco se concitará el hechizo de El carnicero ni la perversión de Un asunto de mujeres, ni las envidias de Las dulces amigas ni el celo eterno del retirado inspector Bellamy. Los primos estarán por siempre separados por barreras de clase y Las buenas mujeres dejarán de creer por siempre en el príncipe azul.

De su generación, y con un lugar en nuestro corazón, sólo quedan el prolífico Woody y el pequeño gran Polanski.

Su partida nos deja un vacío melancólico. Si hay un cielo, quizás salga de andanzas con Violette Noziere. Quién sabe...