Una mujer es violada brutalmente en su departamento. Se recompone
rápidamente, se da un baño de inmersión. Un rato más tarde, sale a cenar
con amigos y comenta lo sucedido con la naturalidad de quien dice que
ha comprado un kilo de papas en la verdulería, para sorpresa de sus
oyentes. El espectador intuye que algo no funciona bien… más si la
protagonista es interpretada por la más grande de las actrices
francesas, Isabelle Huppert, conocida por sus papeles de mujer perversa y
retorcida en los films de Claude Chabrol (Violette Noziere, donde interpretó a una parricida) o de Michael Haneke (La profesora de piano, Amour).
Será peor cuando nos enteremos que, mientras investiga quién pudo ser
su atacante, veamos que no es por puro afán de venganza sino porque
puede tener un fuerte deseo de que la situación se repita… porque la
disfrutó.
Este thriller sardónico, con mucho de crítica de costumbres a
la sociedad contemporánea, tiene la firma del holandés Paul Verhoeven,
responsable de films tan recordados como Robocop (la original), Bajos instintos, El vengador del futuro y Showgirls, en su etapa estadounidense; las altamente eróticas El cuarto hombre, Delicias turcas
en su primera etapa europea. Director innovador por un toque en el que
lo popular se mezcla con lo cínico, vuelve tras diez años de ausencia.
Lo último que había realizado era una historia brutal sobre los nazis en
Holanda contada como si de un cómic se tratara (El libro negro).
La alianza Huppert-Verhoeven funciona de maravillas y no ahorra
sorpresas al espectador. La francesa es la dueña de una empresa creadora
de videojuegos ultraviolentos, tiene un hijo que se relaciona con una
muchacha que puede hacerle sombra con sus actitudes de sociópata, un ex
marido que es un títere en sus manos, una madre de ansias juveniles y
cuerpo muy mayor, una amiga que es más que una amiga, y un amante al que
usa y descarta con la facilidad con la que uno se quita un guante. Y,
como si fuera poco, tiene un pasado tan tremendo que es difícil de
imaginar. Pero vive sola en un caserón gótico y se excita espiando a sus
vecinos desde la ventana con un binocular mientras espera el caballero
de armadura negra que le hará morder el polvo.
Seleccionada por Francia como su representante en los próximos Oscars, Elle
nos trae a una mujer de hierro, una Robocop de los tiempos que corren,
que se reconstruye una y otra vez ante los embates más extraordinarios
que la vida cotidiana puede presentar, y se hace cargo de los deseos más
turbios que el alma humana puede encerrar.
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